domingo, 9 de marzo de 2014

EL PARKINSON



El mal de Parkinson fue descrito por primera vez por James Parkinson en Inglaterra en 1817. es una enfermedad del sistema nervioso. Afecta a las zonas del cerebro encargadas del control y coordinación del movimiento del tono muscular y de la postura, de aquí que sus principales manifestaciones esten relacionadas con movimientos deficientes de los músculos.

La enfermedad suele comenzar entre los 50 y 65 años, afecta a todas las razas y se observa en todas las regiones del mundo sin que tenga predilección por uno de los dos sexos.



DEFINICIÓN


La Enfermedad de Parkinson es una enfermedad del Sistema Nervioso Central de carácter degenerativo, crónico, progresivo y lento, que afecta a la zona del cerebro encargada del control y coordinación del movimiento, del tono muscular y de la postura.

En esta zona, llamada sustancia negra, existe un componente químico, la dopamina, compuesto esencial para la regulación de los movimientos, es decir, para que los movimientos se realicen de una forma efectiva y armónica. Así, en la EP se produce una "degeneración" de la sustancia negra (de causa desconocida) cuya consecuencia es la disminución de la dopamina. Es por ello que las principales manifestaciones de la enfermedad expresan un control deficiente de los movimientos: Temblor, lentitud generalizada (bradicinesia), rigidez y alteraciones de la postura y de la marcha.

Inhibición y exitación “Dopamina y Acelticolina”

En un cerebro normal, los niveles de dopamina y acetilcolina*, se encuentran en equilibrio e igualados en sus funciones inhibitorias y excitatorias. Cuando se reducen los niveles de dopamina, se rompe dicho equilibrio pues la acetilcolina comienza a tener un exceso en su actividad excitatoria, lo que provoca enfermedad de Parkinson. La dopamina se encuentra en la parte compacta de la sustancia negra y se ignoran las causas por las que sus neuronas* mueren y dejan de mantener el sistema en equilibrio sobre el cuerpo estriado.


CAUSAS


Los factores que pueden originar esta enfermedad no están muy bien definidos aún, sin embargo varios expertos señalan que algunos de ellos podrían ser:

El mal de Parkinson puede ser causado por el deterioro progresivo de las células nerviosas de la parte del cerebro que controla el movimiento muscular (los ganglios basales y el área extrapiramidal), área en la cual se produce normalmente la dopamina, una de las sustancias utilizadas por las células para transmitir impulsos. El deterioro de esta área del cerebro reduce la cantidad de dopamina disponible para el organismo. Los bajos niveles de dopamina afectan el equilibrio entre ella y otros transmisores tales como la acetilcolina. En ausencia de dopamina las células nerviosas no pueden transmitir mensajes en una forma adecuada, ocasionando la pérdida de la función muscular. La razón exacta del deterioro de las células cerebrales se desconoce. La enfermedad puede afectar uno o ambos lados del cuerpo, con grados variables en la pérdida de la función.

Recientemente, se ha descubierto una sustancia química (denominada MPTP) que, al ser ingerida de forma accidental, provoca un trastorno similar al de la enfermedad de Parkinson. El hallazgo de un factor tóxico-ambiental como responsable de alteraciones parkinsonianas, ha producido un importante impulso en el ámbito de la investigación de la causa de esta enfermedad.

EJERCICIOS BENEFICIOSOS

Los últimos avances en la enfermedad de Parkinson permiten que la calidad de vida del paciente haya mejora de manera considerable. Los distintos tratamientos permiten controlar de forma más eficaz las fluctuaciones motoras y el resto de síntomas habituales de la enfermedad como son el temblor, la rigidez en los músculos, la dificultad en los movimientos y en la coordinación.

Sin embargo, es muy importante, por la especial naturaleza de la enfermedad, que el paciente y la familia tengan constancia de la importancia de tener una vida activa, realizando todo el ejercicio que sea posible. No solo va a permitir una mejora de nuestro estadp físico y mental, sino que el paciente tenga una mejora en la coordinación, movimientos y en la masa muscular que resulta muy favorable. Es fundamental, que la persona enferma de Parkinson realice  un ejercicio suave y dinámico de forma regular. Entonces,  lo que lo primero que tendrá que hacer es contactar con su médico especialista que le dará una serie de pautas a la hora de hacer ejercicios, así como, aquellos que sean más convenientes. Tendrá que ser un ejercicio que no exija mucho al paciente.
Por eso es importante señalar que, al igual que con el resto de personas, la práctica de ejercicios como andar, bici estática, ejercicios aeróbicos son muy beneficios para el estado de forma de la persona que padece Parkinson. Parte de este ejercicio, es muy recomendable que se tenga en una vida diaria activa , ayudar a  hacer las cosas del hogar e intentando hacer por uno mismo todo lo que se pueda. Además, hay que tener en cuenta que  la enfermedad de Parkinson, las personas suelen sufrir desórdenes de peso, por lo que la realización de ejercicio físico va a ayudar a perder peso si se ha ganado o por el contrario, si se ha adelgadazado ayudará a recuperar masa muscular.
También hay que señalar que es muy importante hacer ejercicios que mejoren la movilidad, de manera que, con una serie de ejercicios, la persona notará una mejoría bastante sustancial en sus movimientos.


Algunos de los ejercicios básicos, recomendados por todos los médicos especialistas, que se pueden hacer de forma diaria son:
Cabeza y cuello:
 1. Girar la cabeza a la derecha y a la izquierda, intentando tocar con la barbilla cada uno de los dos hombros.

2. Ladear la cabeza de un lado a otro, tratando de tocar con la oreja cada hombro.

3. Inclinar la cabeza para delante para tocar el pecho con la barbilla, y posteriormente echar la cabeza hacia atrás.
4. Rotar la cabeza, primero en sentido de las agujas del reloj y después en sentido contrari  
Ejercicios de marcha:
Si necesita ayuda, haga que alguien le acompañe a su lado. Cuando practique sólo, camine cerca de una pared.
1. Hay que intentar mantenerse lo más recto posible. Coloque los pies separados a una distancia de unos 35 cm.
2. Levante los dedos y dé un gran paso adelante con su pierna derecha. Al mismo tiempo, lleve el brazo izquierdo hacia adelante.
3. Desplace el peso del cuerpo sobre la pierna adelantada y llévela al suelo apoyando el talón en primer lugar.
4. Continúe caminando. Es muy importante concentrarse en sus acciones para tener constancia de si se está realizando bien. La práctica permitirá que salga de forma intuitiva y mejorar de forma natural su marcha.
Para mejorar la postura:
-. Camine con las manos cogidas detrás de la espalda.
Para mejorar la coordinación entre piernas y brazos:
-. Para mejorar la coordinación entre piernas y brazos, al caminar, lleve en cada mano un periódico o revista enrollados, concentrándose en mover la pierna derecha con el brazo izquierdo, y la pierna izquierda con el brazo derecho.
Hombros:
-. Levante los hombros hacia arriba y vuélvalos después a la posición normal. empuje los hombros hacia adelante, y después hacia atrás.
Brazo y hombro:
-. Levante ambos brazos hacia adelante, hacia arriba y por encima de la cabeza, y a continuación vuélvalos a la posición de firmes.
Brazo y la mano:
-. Lleve una mano hacia adelante con los dedos extendidos, manteniendo la otra mano cerrada sobre el pecho. A continuación, invierta la posición de los brazos.
Tronco:
Para mantener el equilibrio, si fuera necesario, sujétese a un objeto fijo.
1. Con los piés separados, y las manos a los lados, doble el tronco hacia adelante y hacia atrás.
2. De pie, con los piés separados y las manos a los lados, ladée el tronco a un lado y al otro.
3. De piés, con los piés separados y con las manos a los lados, gire el tronco en el sentido de las agujas del reloj y en el sentido contrario.
Muslo y el abdomen:
A realizar tanto en la cama como en el suelo.
1. Acostado sobre la espalda, levante una pierna lo máximo que pueda sin doblar la rodilla, y a continuación vuélvala al suelo. Repita con la otra pierna.
2. Acostado sobre la espalda, levante la pierna, gírela en el aire con el pie extendido, en sentido horario y anti horario, y seguidamente vuelva la pierna al suelo. Repita con la otra pierna.
Piernas:
1. Acostado sobre la espalda, doble la rodilla llevándola lo más cerca posible del pecho, y a continuación extienda la pierna y vuélvala al suelo. Repita lo mismo con la otra pierna.
2. Estando de pié, con la espalda en una superficie plana, lleve alternativamente cada pierna hacia adelante y hacia arriba lo más alto posible, manteniendo la rodilla sin doblar.
3. De pié, sujetándose a un objeto fijo, levante la pierna hacia un lado con la rodilla sin doblar. Baje la pierna al suelo y repita con la otra pierna.
4. de pié, sujetándose a un objeto fijo, lleve alternativamente cada pierna hacia atrás lo más lejos posible, sin doblar la rodilla.
5. Sentado en una silla de respaldo recto, levante alternativamente cada pierna hasta que la rodilla quede extendida.
6. Sentado en una silla de respaldo recto, levante y baje alternativamente cada pierna, como golpeando el suelo con los piés.

Manos y dedos:
1. Abra y cierre cada mano.
2. Extienda y cierre los dedos de cada mano.
3. Separe y una alternativamente los dedos de cada mano.
4. Rote las manos sobre las muñecas.
5. Flexione y extienda la mano abierta sobre la muñeca.
Pies:
1. Sujetándose a un objeto fijo, levántese alternativamente sobre los dedos y sobre los talones.
2. En posición de pié, levante y baje los dedos.
3. Separe y una alternativamente los dedos de los piés.
Ejercicios de respiración:
-. Estos ejercicios pueden realizarse de pié o sentado. Al inspirar levante ambos brazos sobre la cabeza y, al expirar baje los brazos a ambos lados.


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